El Distrito Uno de Alcohólicos Anónimos Área 76 Michoacán Oriente, integrante de la Central Mexicana de Servicios Generales y de los Servicios Mundiales de Alcohólicos Anónimos, informa a la comunidad:

Era el mes de diciembre de 1973, cuando un individuo al que llamaremos José, caminaba triste por las calles de Zitácuaro, agobiado por las constantes borracheras, a punto de perder su familia, pues ya había sido despedido de su trabajo. Tantos y vanos esfuerzos por dejar de beber, y nada le había dado resultado, cuando se topó con una pequeña cartulina que anunciaba que en esos días se llevaría a cabo una junta de información pública de algo que se llamaba Alcohólicos Anónimos, y aun dentro de la bruma alcohólica que traía, percibió que se trataba de algo relacionado con lo que él llamaba vicio. Se acercó y vio la fecha, era ese mismo día en un salón que José conocía muy bien. Y se dijo a si mismo “Nada pierdo con ir”.

Así que acudió al local, vio que se encontraban algunos conocidos con los que había bebido en alguna ocasión, y pronto percibió que unas personas eran de fuera, como el acento que tenían de la capital del país, y otros de Morelia.

Así que inició la junta de información, y reconoció a un médico de nombre Ignacio Calderón, que en alguna vez lo había tratado, y que había organizado aquella junta; al pasar los oradores, le sorprendió que dijeran “mi nombre es… y soy alcohólico”, y al empezar hablar de su experiencia como bebedores, José se dijo para sus adentros “estos se parecen tanto a mí”, y pronto cayó en la cuenta, por los oradores lo decían “pero hoy no he bebido gracias al programa de Alcohólicos Anónimos”.

Al finalizar la reunión, José, junto con otros asistentes se les acercó a aquellas personas que en su vida había visto, y les preguntó, junto con 3 o 4 asistentes más:

“¿Cómo le hacemos para abrir un grupo?”. Y los integrantes de A.A. hicieron que los vientos favorables soplasen para aquellos que sufrían de la enfermedad del alcoholismo, que vieron una luz al final del túnel, y los que al principio simpatizaron con el programa de recuperación de Alcohólicos Anónimos, como sus 12 Pasos y 12 Tradiciones, por la propia necesidad por parar de beber fueron los primeros miembros de la comunidad de A.A. en Zitácuaro. Eran alrededor de diez personas.

Y así se inició la luz de esperanza para quienes sufrían del alcoholismo, y más tarde se integraron mujeres así como jóvenes, en aquel entonces, y que siguen asistiendo a sus juntas de recuperación.

Pronto se abrió el primer grupo, y aquellos primeros dobles A’s se preocuparon por pasar el mensaje a otros que padecían la misma enfermedad, y con asombro descubrieron que así podían asegurar su sobriedad, y de esta manera el programa de recuperación se diseminó por toda la región, tanto en el medio urbano como rural, y en municipios aledaños como Angangueo, Ocampo, Jungapeo, Juárez y Tuzantla, incluso en el estado de México.

Por lo que Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten mutuas experiencias, fortaleza y esperanza, que el único requisito es el deseo de dejar de beber; que se mantienen así mismos; que cualquiera puede pertenecer a Alcohólicos Anónimos sin importar sexo, edad, posición económica, ideológica, religiosa, etc., y que su único propósito es pasar el mensaje a quien padece la enfermedad del alcoholismo. Y que no se llevan archivos clínicos, ni se ofrecen servicios de hospitalización, psicológicos o religiosos.

Para mayor información acudir a Dr. Emilio García No. 3, Altos Colonia Centro de H. Zitácuaro, o al teléfono7151264779.