El pasado 7 de diciembre se publicaron las bases para la Consulta Pública de la que resultará el nombramiento del o la titular de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Michoacán, y ahora queda en manos del Secretario de Gobierno y el Gobernador en turno el destino de esas sensibles áreas de gobierno.

Desde nuestra Asociación nos pronunciamos por que se elija un perfil externo a los actuales funcionarios silvanistas, que solo han mostrado oportunismo y manejo de la condición de víctimas a su antojo, sin presentar avances reales en la atención de esos sectores vulnerables.

Es urgente que se generen políticas públicas efectivas, así como y acciones sustantivas para que encuentren a sus desaparecidos.

A lo largo de los años hemos acompañado a las víctimas de desaparición, desde el ámbito psicosocial, hasta la capacitación en temas como la búsqueda en campo; hemos aportado insumos desde la psicología, como peritajes, para que las familias presenten recursos ante las autoridades y brindamos orientación para encontrar a personas desaparecidas, teniendo como uno de nuestros logros principales haber encontrado a un desaparecido en fechas recientes.

En estos temas hemos colaborado con organizaciones internacionales que financian nuestras acciones.

También tenemos experiencia en la atención psicológica que brindamos en México y Estados Unidos, contención emocional a familiares con personas desaparecidas; terapias de intervención en crisis; contención emocional; acompañamiento a víctimas directas e indirectas; trabajo con colectivos de personas desaparecidas, entre otras actividades.

Las acciones del gobierno, a pesar de contar con presupuestos millonarios, han sido pobres.

Ahora tiene la oportunidad el nuevo gobierno de elegir a una persona que no sea advenediza, sino que sea alguien con la capacidad profesional de aplicar la ley en la materia. Es necesario que reconozcan que han lastimando la urgente necesidad de búsqueda de personas como una política pública que sea generalizada, eficiente y realista, atendiendo a las personas en sus comunidades y llevando la esperanza con un compromiso real, con perspectiva de género y entiendo que la desaparición forzada sigue siendo una realidad que lastima la vida de miles de familias, comunidades y que se genera con la omisión, aquiescencia y actuación de autoridades y gobiernos.