Les saludo a todos con mucho afecto y cariño, deseando que la Paz del Niño Jesús reine en sus corazones y en sus hogares.


«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado» (Is 9, 5). Queridos hermanos hoy se renueva el misterio de la Navidad. Nace para los hombres de nuestro tiempo este Niño que trae la salvación al mundo; nace trayendo alegría y paz a todos. Nos acercamos al portal conmovidos para encontrar, junto a María, al Esperado de los pueblos, al Redentor del hombre, al Deseado de todas las naciones. Contemplemos con María el rostro de Cristo nuestra paz: en aquel Niño envuelto en pañales y acostado en el pesebre (cf. Lc 2, 7), es Dios quien viene a visitarnos para guiar nuestros pasos por el camino de la paz (cf. Lc 1, 79).
A todos les felicito con ocasión de esta Navidad 2022, los invito a que juntos entremos con los pastores en la cueva de Belén, bajo la mirada amorosa de María, testigo silencioso del prodigioso nacimiento. Que ella nos ayude a vivir una feliz Navidad; que ella nos enseñe a guardar en el corazón el misterio de Dios, que se ha hecho hombre por nosotros; que ella nos guíe para dar al mundo testimonio de su verdad, de su amor y de su paz.
1. Navidad, misterio de alegría: En la noche los ángeles cantan: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor» (Lc 2, 14). Anuncian el acontecimiento a los pastores como «una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2, 10). Alegría, a pesar de estar lejos de casa, a pesar de la pobreza del pesebre, a pesar de la indiferencia del pueblo, a pesar de la hostilidad del poder. Misterio de alegría a pesar de todo, porque «hoy os ha nacido, en la ciudad de David, un salvador» (Lc 2, 11). De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada hoy por la luz del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán apagarla.
2. Navidad, misterio de amor: Amor del Padre, que ha enviado al mundo a su Hijo unigénito, para darnos su misma vida (cf. 1 Jn 4, 8-9). Amor del «Dios con nosotros», el Emmanuel, que ha venido a la tierra para morir en la cruz. En el frío Portal, en medio del silencio, la Virgen Madre presiente ya en su corazón el drama del Calvario. Será una lucha angustiosa entre las tinieblas y la luz, entre la muerte y la vida, entre el odio y el amor. El Príncipe de la paz, que nace hoy en Belén, dará su vida en el Gólgota para que en la tierra reine el amor.
3. Navidad, misterio de paz: Desde el portal de Belén se eleva hoy un llamamiento a construir la paz. La Navidad es una oportunidad de ir a lo más profundo de nuestro corazón y encontrarnos con Dios que nace humilde y sencillo dentro de nosotros para redimir nuestra humanidad. Es una oportunidad para hacer florecer los valores humanos y cristianos, y dejar que se abran caminos a la paz. Nuestra realidad de violencia y de inseguridad nos llama en esta Navidad al diálogo veraz, a la honestidad e integridad de vida, así como a un comportamiento humano, basado en los principios de verdad, libertad, igualdad y justicia que miran al bien común, camino sabio para la construcción de la paz. ¡Que todos acojamos el mensaje de paz de la Navidad!

4. Navidad, fuerza renovadora del compromiso evangelizador: Quiero también en esta Navidad animar a mi obispo auxiliar, a los presbíteros, a los religiosos y religiosas, y a los fieles laicos a reforzar nuestros compromisos ante el Proceso de Renovación y Revitalización Pastoral de nuestro Plan Diocesano, todos tengamos en cuenta los compromisos de la recién XII Asamblea Diocesana de Pastoral. Que la Sagrada Familia nos aliente a tener una pastoral diocesana viva, dinámica, sinodal, en búsqueda, encarnada y fiel al Espíritu Santo que todo lo transforma y renueva. Sigamos impulsando las prioridades diocesanas que son la “Atención pastoral a la familia” y “Una evangelización integral en proceso”, complementados con los dos ejes transversales: “La construcción de la paz” y la “Mística pastoral de Vasco de Quiroga”.
Con mucho cariño y alegría les expreso mi cercanía y mi felicitación en esta Navidad 2022, demos gracias a Dios y celebremos juntos estas fiestas, regocijémonos porque el Hijo de Dios ha entrado en la historia, su nacimiento es un brote de vida nueva y esperanza para toda la humanidad.
En este tiempo de Navidad animo al Sr. Cardenal Alberto Suárez Inda, a los obispos eméritos, a mi obispo auxiliar, a los presbíteros, a los religiosos y religiosas, a los fieles laicos, a las autoridades civiles y a las organizaciones e instituciones de toda la sociedad, a que sigamos siendo tierra buena, mujeres y hombres de buena voluntad, que con nuestro testimonio de vida y nuestro compromiso evangélico al servicio de nuestra Arquidiócesis de Morelia y de la sociedad, sigamos anunciando alegres el Evangelio de la esperanza, del amor, de la verdad, de la justicia y de la paz.
Con mi oración, cariño y bendición.
En Cristo, Nuestra Paz
+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Morelia
Moreli