“Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” es una frase mal llevada y peor traída por ciertas personas para señalar que la religión y, en concreto, los cristianos, no deben inmiscuirse en cuestiones políticas. Sin embargo, Jesús, en lugar de separar campos, precisa que ningún individuo o grupo puede adueñarse de las personas.
Tomemos en cuenta que ese pasaje refleja el dominio en que vivía el pueblo judío; el pago del impuesto era una evidencia de que el emperador dominaba al pueblo; este dominio, además, se hacía notar en las monedas, en este caso, en un denario, el cual mostraba en una parte, el busto del emperador Tiberio con una corona de laurel que indicaba su divinidad, con una leyenda: “Tiberio, César, hijo del divino Augusto”; por la otra cara decía: “Máximo pontífice”. Parece evidente, por tanto, que la moneda reflejaba también el enseñoramiento absoluto sobre las personas.
Con esto podemos decir que la respuesta de Jesús consta, por un lado, que efectivamente sus adversarios y la mayoría del pueblo estaban bajo el dominio político y económico del emperador y sus secuaces. Y el pueblo pobre solamente lo padecía.
Por otro, Jesús hace un contraste en lo que se le debe dar al César y lo que le pertenece a Dios. La moneda con la imagen del emperador y su leyenda son del emperador; la persona, la que porta la moneda, es imagen de Dios, a Él le pertenece. Con esto, Jesús desacreditaba cualquier intento de adueñamiento de las personas y se manifestaba contra todo tipo de opresión.
EL DOMUND
Recordando la segunda lectura del domingo pasado, que muestra el agradecimiento de Pablo por la ayuda recibida de la comunidad de Filipos, podríamos retomarla para invitar a la generosidad con motivo de la colecta del Domingo Mundial de las Misiones “DOMUND”. De la misma manera, esta aportación ayuda a que sea verdad lo que leíamos el pasado domingo en el evangelio, porque se destina a nuevas comunidades del tercer mundo, que actualmente continúan invitando a “malos y buenos” a entrar al banquete donde están las mesas de la Palabra y de la Eucaristía que el Señor ha preparado.
ORACIÓN: Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo.