P. Agustín Celis

¿Cómo ser libres y fieles a la verdad en el mundo actual? Muchas veces nos vemos envilecidos y encadenados en este mundo por las diferentes corrientes de pensamiento que van masificando cada vez más a la persona, coaccionado la libertad y presionando sobre su conciencia.

La frase “La verdad los hará libres” (Jn 8, 31-42), nos ayuda para entender que parte de la naturaleza del individuo, es la libertad. Sin embargo, vemos que cada vez es coaccionado en su libertad y presionado sobre su conciencia por la manipulación ideológica, política, económica, social, publicitaria y moralmente permisiva en extremo.  

Por eso es importante apelar a los criterios basados en una buena formación humana, que se ancle en los valores naturales y nunca pierda de vista los límites del libre albedrió. No podemos decir que algo es bueno para el ser humano cuando vemos que le está afectando en su persona. Sería como abandonar a los niños en el mundo y dejarlos crecer solos como los perritos callejeros que no tienen ni dueño pero tampoco tienen lo necesario para sobrevivir.

La libertad llega a sus límiteslo por una decisión y se destruye no por la presión que ejercen los demás sobre la persona sino solamente por una mala acción, es decir, cuando se actúa con intereses mezquinos sobre alguna acción. Por eso es importante asumir con responsabilidad todas nuestras acciones en la sociedad, siempre que hagamos uso de la libertad.

Podemos tratar de definir la verdad, como la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere la fidelidad a una idea. Es muy importante que cuando hagamos uso de la libertad, ésta tenga como base la verdad, esto nos ayudará a no equivocarnos en nuestras acciones en la sociedad.  

La palabra verdad se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica, las matemáticas y la filosofía. Pero siempre hay un sustrato que la mantiene anclada en busca de un bien común. Por eso, se atenta contra la libertad cuando se maneja la conciencia de la persona por la mentira.

La palabra meditada y contemplada día a día, nos permite descubrir que ciertamente la verdad no está en todos, porque ésta no depende de cada persona y de su libertad. La verdad se encuentra en la autenticidad de vida, en la coherencia, en las convicciones. Pues vivir en la verdad es en el fondo haber descubierto la sabiduría de la vida que es lo fundamental. Ciertamente las personas son libres en cuanto viven en la verdad.