15 de Agosto de 2020

 

EN VIDA HERMANO

La vida pasa muy rápido ¿Te has dado cuanta?

Decimos se me fue el día y no alcance a realizar todo lo que pensaba hacer.

Me imagino como cuando se mira una película en la televisión y que la deseamos regresar o adelantar y esta pasa rapidísimo las imágenes. Así pasa tu vida, la mía y la de los demás diciendo: “No tengo tiempo”.

Esta semana me hizo reflexionar mucho la muerte del mejor amigo de mi padre: quien era mi padrino y a la vez el papa de Angélica mi mejor amiga. Desde niñas compañeras de escuela y así crecimos viéndonos de vez en cuando y cada una hizo su vida y formo su familia. Pero cuando supe que su papa Vicente estaba enfermo en casa mis intenciones eran visitarlo y llevarle a un sacerdote el padre Humberto amigo de siempre de él y mi padre pero… todo quedo en un ¡No tuve tiempo! Y ahora que me entere de que el señor Vicente murió esa relación tan profunda de unión y cariño de mi padre y el y de mi amiga y yo. “Me sentí mal, me sentí ingrata y egoísta”. Asistí y si fui al velorio y a misa pero ¡Por qué no fui antes! Porque no pare un instante mi carrera diaria y haberlo visitado en su casa y darle la sorpresa que yo deseaba de llevarle de visita al padre Humberto: Dios nos dio conciencia y la mía me regaño me hizo sentir mal. Mi padrino el señor Vicente me tenía mucho cariño me llamaba “Chío” igual como mi padre lo hacía. En realidad hasta la fecha no me gusta que me llamen “Chío” pero solo de mi padre y de él la familia de mi padrino me hacía sentir bien. Porque el cariño con que me llaman así me envuelve y llega a gustarme. Como olvidar esas visitas a su casa donde mi amiga Angélica y yo nos escondíamos en la despensa a comernos los plátanos como si fuéramos changuitas ji ji… y cuando mi padrino le decía a Angélica “Deberías de ser como Chío”. Las dos éramos niñas, luego jovencitas pero siempre el le decía: “Que fuera como yo”. Nunca supe la verdad porque lo decía y que era lo que veía en mí cuando yo veía y mi amiga, una amiga aplicada, inteligente. En ese entonces mi ego me hacía sentir “La súper niña”. Esas visitas inolvidables a esa casa tan familiar son parte de mi historia. Y ahora en que el señor Vicente murió: me dolió tanto, llore y estando en la iglesia una señora sentada a mi lado sacó de su bolsa una imagen que ella leía a lo cual yo alcance a leer el titulo y le pedí: ¿Me la presta para leerla? ¡Es que mi padre siempre nos decía eso! Refiriéndome al título. La leí y al entregársela me dijo la señora te la regalo, quédate con ella: pienso que fue mucha casualidad el que yo estaba viviendo una situación triste y exactamente lo que me lamentaba llego a mis manos la respuesta ¡Dios estas en todo!

Mi padre siempre lo decía: cuando nos daba lecciones de que “Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”: sus palabras favoritas eran “En vida hermano, en vida” Y ese escrito que había llegado a mis manos porque Dios y mi papa así lo quisieron me dan una lección de vida. La cual te la comparto: en vida hermano en vida. Si quieres hacer feliz a alguien que quieras mucho ¡Diselo hoy es muy bueno! En vida hermano, en vida. Si deseas dar una flor? No esperes a que se mueran ¡Mándalas hoy con amor! En vida hermano en vida, si deseas decir “Te quiero” a la gente de tu casa, al amigo cerca o lejos. En vida hermano en vida ¡No esperes a que se muera! La gente para quererla y hacerle sentir tu peso que sea, en vida hermano en vida. Nunca visites panteones ni llenes de tumbas flores “Llena de amor corazones”

¡En vida hermano, en vida!

Cuando termino la misa de mi padrino, les comente: el padre de ustedes y mi padre nos dejaron una bella herencia, “El verdadero valor de la amistad”. Ellos siempre estuvieron el uno para el otro: con respeto cariño y valores. Ahora nosotros sus hijos continuemos con ese ejemplo y cultivemos en nuestros hijos y nietos lo que es el valor del repesto al prójimo: ¡Y llevémoslo a cabo aunque las circunstancias del diario vivir quieran llevarnos deprisa! Paremos un instante y recordemos “En vida hermano, en vida”.

Hoy aprendí: que la vida es la más maravillosa experiencia del amor de Dios: “No la desperdiciemos” diciendo. ¡No tengo tiempo!

Dios lo tubo para pensarte y tus padres para crearte y maravillarse con tu llegada al mundo.

¡En vida hermano en vida!

Alguien necesita hoy de ti.

Dios por delante.

Roció Martínez Preciado.

Presidenta

Los Planes de Alonso.

Cel. 4626058359

Correo: rociomartinezpreciado@hotmail.com