Javier Ávila Pérez: La despedida a un joven luchador que dejó huella en su tierra

Por: Héctor Edmundo Tinajero Avilés.

Ciudad Hidalgo, Michoacán a 3 de junio del 2025.-La mañana de este lunes, una llamada me trajó la noticia que nadie desea escuchar: el fallecimiento de mi sobrino Javier Ávila Pérez.

Su partida me sorprendió dada la cercanía, la amistad y el profundo cariño que siempre nos unió.
Acudí de inmediato al hospital, donde alcancé a despedir su cuerpo mientras se esperaba el traslado a la funeraria para la velación. Resulta imposible no recordar las innumerables anécdotas, las pláticas y las risas que siempre compartimos.
Javier fue un joven inquieto, un apasionado de la charrería, gusto heredado de su padre Javier (+) y su abuelo Florentino (+) . Incluso formó parte del equipo infantil de charrería, mostrando desde temprana edad su conexión con nuestras tradiciones.

Una persona leal, alegre y empática, Javicho, como muchos jóvenes, incursionó en diversos caminos para sacar adelante a su familia. Fue panadero, cocinero, taquero, e incluso emigró a los Estados Unidos, donde trabajó en el cuidado y entrenamiento de caballos de carreras. Cada vez que hablábamos, me contaba lo mucho que disfrutaba este trabajo y el esfuerzo que ponía para alcanzar sus metas laborales y económicas. Su sueño siempre fue construir un patrimonio para su hijo, quien fue su motor e inspiración en todo momento. Pero en un momento, decidió volver a su tierra, quedarse cerca de sus seres queridos.

Recuerdo que, a su regreso, solíamos salir a dar la vuelta escuchando música country en español de un grupo llamado 8 Segundos, especialmente la canción «No era un vaquero». Supongo que le traía hermosos recuerdos de su tiempo allá.

A Javier también le atrajó la política; fue coordinador de tareas importantes en momentos clave de la «grilla». Recuerdo su buen desempeño en Zitácuaro, en la campaña del Lic. Pepé Alzati. Después, aquí en Ciudad Hidalgo, participó activamente en la campaña del Ing. Carlos Edgar González, donde surgió el grupo «Forjando Comunidad», del cual fue un miembro activo.
En sus últimos días, se desempeñó como funcionario del gobierno municipal de Hidalgo, a cargo de una coordinación en el área forestal. Era él quien estaba pendiente de las atenciones de la brigada 412, a quienes, por cierto, les tenía un gran aprecio y admiración por la gran labor que realizaban los bomberos forestales. Esta última faceta de su vida lo inspiró tanto que estuvo dispuesto a tomar capacitaciones para estar a la altura de las circunstancias.
Javicho decidió emprender una nueva carrera profesional: Ingeniero Agrónomo. Por desgracia, este último proyecto no pudo culminarlo. Su corazón no resistió y falleció a causa de un paro cardíaco fulminante.
Desde aquí, nuestro más sentido pésame a su Mamá Yolanda, a su hijo, a sus hermanas, hermano y sobrinos.
Hoy estoy seguro de que Javicho cabalga al lado de Papi Tino (su abuelito) y su papá Javier Ávila, para llegar al regazo de su abuelita Mami Mago, quienes lo estarán recibiendo allá en el cielo.

Te nos fuiste muy pronto, gordito. Te echaré de menos. Descansa en paz.