¡Es hora de subir de nivel!
P. Agustín Celis
Iniciar es un verbo que nos pone en salida, que nos pone en movimiento y que fomenta en nosotros la ilusión y la esperanza. Iniciar para muchos es un signo de renovarse de superarse y de transformar lo que ya había. Por eso ahora que vamos a iniciar con el favor de Dios este nuevo año, nos llena de esperanza porque tenemos la confianza de que todo puede estar mejor en la sociedad.
Mirando el año que hemos terminado, nos ha llenado de experiencia por todos los desafíos que hemos enfrentado, pero sobre todo porque nos hemos demostrado que podemos ser fuertes en medio de la adversidad y aun así seguimos de pie, porque hemos sido aleccionados por la Pandemia, por la inestabilidad económica y sobre todo por el legado que nos dejaron los se fueron en este año.
Medir nuestras fuerzas en estos días es algo esencial, ya que por un lado podemos tener muchas ganas de que las cosas cambien, pero debemos pensar en nuestra salud, debemos pesar en nuestra economía para administrarla mejor, debemos pensar en todos los recursos que tenemos y medir nuestras fuerzas para iniciar este nuevo año, llenos de esperanza.
Trabajar en nuestros propósitos de año nuevo será muy necesario, ya que regularmente nos comparamos con el año que termina y nos planteamos nuevas metas, nuevos proyectos. Sin embargo, muchos de ellos o son muy altos o los iniciamos sin muchas ganas de lograrlo, porque son más los propósitos que no se cumplen que los que podemos realizar. Un propósito, bastaría siempre y cuando toque nuestra vida y nos ayude a crecer como personas.
Luchar por alcanzar nuestras metas, es algo que siempre nos debemos de plantear, porque muchas de ellas tienen que ver con nuestra realización, puesto que una meta alcanzada sube el nivel de felicidad en la persona y esto nos lleva a pensar en una mejor sociedad, más organizada. Pudiéramos pensar en una mejor sociedad, porque la plenitud de su vida la comparte con los demás ciudadanos.
Vivir en plenitud y dejar vivir ha de ser una de las metas sociales, porque la mediocridad de algunos nos ha llevado a ser una sociedad violenta, que lucha entre sí y que unos ciudadanos opriman a otros y no podamos avanzar. Si cada uno de nosotros se propusiera vivir en plenitud su vida, con valores y de manera muy especial reconociendo a los demás como su semejante con sueños y metas por alcanzar, más que ser su enemigo, debe ser el ciudadano hermano que le da la mano y lo motiva a salir adelante.
Es hora de subir de nivel, no podemos quedarnos añorando el pasado y temerosos al futuro que ya llega. Un año nuevo lleno de retos y oportunidades para todos. El tic tac del reloj, va marcando como pasa el tiempo, y no espera a nadie. Todos estamos en el mismo terreno de juego y bajo las mismas reglas, todos tenemos los mismos minutos y las mismas horas y la única diferencia es lo que seremos capaces de hacer con ese tiempo. No es que no lo tengas, es cuanto lo aprovechas. Porque si tienes una meta, un propósito, una misión, una tarea por cumplir, cada minuto es una oportunidad.