
La Suprema Junta Nacional Americana, legado insurgente que exige presencia en el México contemporáneo: Toño Ixtláhuac
Heroica, Zitácuaro.– En el marco del 214 aniversario de la instalación de la Suprema Junta Nacional Americana, el municipio de Zitácuaro fue nuevamente escenario de una ceremonia cívica que busca mantener viva la memoria de uno de los episodios fundacionales de la independencia mexicana. El evento, realizado en el monumento dedicado a la Junta, reunió a autoridades locales, representantes educativos y ciudadanos comprometidos con la historia nacional.
Durante el acto, el presidente municipal Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela dirigió un mensaje en el que subrayó la necesidad de que la Suprema Junta Nacional Americana no sea vista únicamente como un hecho histórico, sino como una fuerza simbólica que debe seguir influyendo en la vida política del país. En sus palabras, planteó que el espíritu de la Junta debe motivar la participación ciudadana, fortalecer la identidad nacional y contribuir activamente a la consolidación del Estado mexicano.
Ixtláhuac Orihuela recordó que la Junta, instalada en Zitácuaro en 1811, fue el primer intento formal de gobierno insurgente en América del Norte. Su creación representó una ruptura con el orden colonial y una apuesta por la autodeterminación, la organización política autónoma y la defensa de los intereses del pueblo. El edil destacó que desde sus inicios, el proyecto insurgente mostró una visión clara sobre la necesidad de emanciparse, establecer mecanismos propios de gobierno y enfrentar con dignidad las adversidades que vivía la nación en ese momento.
En su discurso, el presidente municipal expresó admiración por la trascendencia de la Junta en el patrimonio histórico de México, señalando que Michoacán fue protagonista en la gestación del México independiente. Mencionó como ejemplos los Sentimientos de la Nación y la Constitución de Apatzingán, documentos que reflejan la profundidad del pensamiento político insurgente y que siguen siendo referentes en la construcción de un país justo y soberano.
El llamado de Ixtláhuac Orihuela fue claro: no permitir que el tiempo diluya el legado de la Junta ni que su memoria quede relegada a los libros de texto. Afirmó que debe estar presente en el corazón de los mexicanos, correr por sus venas y formar parte activa del debate nacional. Enfatizó que la Junta debe ser victoriosa, majestuosa, y tener presencia en todas las regiones del país como símbolo de unidad, resistencia y visión de futuro.
La ceremonia concluyó con una ofrenda floral y la entonación del Himno Nacional, en un ambiente de respeto y compromiso con la historia.