ESCUCHANDO AL CORAZÓN
SIEMBRA
26 de Septiembre de 2020.- Dios hizo las reglas entre el cielo y la tierra esa fue su primera siembra, poner la semilla de Adán en Eva y nació el hombre.
El hombre puede vivir con gran nobleza, el soldado se pasea con gran pompa y orgullo, el navegante deambula por el inmenso océano. Pero para que esto o aquello pudiera ocurrir. El agricultor debió alimentarlos a todos: el escritor sueña, el poeta canta, los artesanos hacen maravillas, el médico cura, el abogado defiende, el minero sigue las pistas de la fortuna pero para esto o aquello que pudiera ocurrir, el agricultor debió alimentarlos a todos, el comerciante puede comprar y vender. El maestro cumple su deber pero los hombre pueden pasar ocupados tan solo pasar de “Rey a mendigo” pero para que todo esto ocurra el agricultor debió alimentarlos a todos. El comercio agrícola es de gran valor el socio del cielo y la tierra. Es socio del sol y la lluvia y ningún hombre pierde por sus ganancias y el hombre puede caer y levantarse. Pero el agricultor debe alimentarlos a todos “Dios bendiga al hombre que siembra el trigo que nos provee la leche, la fruta y la carne». «Hace que su bolsa sea pesada y el corazón ligero” que su ganado y maíz y que todo vaya bien. Dios bendiga a la semilla que sus manos deja caer por el agricultor. Dios el sembrador de la vida.
Nosotros en todas la cosas buscamos la dificultad, es como un impulso que nos mueve constante es el control que atrae nuestra vida. Es el movimiento natural de nuestro corazón “Como si la vida se avivará más en el mundo de lo feliz”. El sembrador dios revive en grado infinito y sobre abundante todas las condiciones requeridas para hacernos felices. Él nos pide cuidar con amor todos los pequeños detalles, que sembremos cada uno en la vida “Tuve hambre y me diste de comer” “Sed y me diste de beber, peregrine y me acogiste, estaba desnudo y me vestiste”. Cada vez que lo hiciste a uno de mis hermanos más pequeños a mi me lo hiciste. Todos en la vida en nuestro caminar, deseamos una palabra de aliento, cuando las cosas no han ido bien y necesitamos compresión de los demás cuando a pesar de la buena voluntad nos hemos vuelto a equivocar.
Entonces cuando llega la importancia de las pequeñas cosas que son como una palmada, una sonrisa, un abrazo, un te quiero, estrechar una mano, limpiar una herida, compartir un pan ¡Ahí es cuando comenzamos a sembrar!
De niña contemplaba el rancho de mi padre, las tierras oscuras, después esa pequeña semilla sembrada, luego ver brotar esa planta pequeñita pero con un color verde de la esperanza, al tiempo cambiar su color se forma ese colorido como diciendo ¡Aquí estoy tu me sembraste! “Que emoción”. Supongamos esa semilla era el trigo con esos colores hermosos en que fue creciendo y después al cosecharla por cuantas manos pasaría esa semilla convertida en trigo, por el sembrador, el comprador de trigo, las personas que los molerán, el que entrega esa harina a un almacén o una panadería “Donde terminara siendo una bendición ese trigo convertido en pan y alimento para muchos”.
“Así asemejó mi vida y la tuya”. Seamos esa pequeña semilla que brote, que aliente a los que están a nuestro lado.
Hoy recordaré a Yadira, mamá de Diana de quince años de edad, su hija que murió hace un mes. Esas hermosas sembradoras mamá e hija “Sembraron con su lucha entre la enfermedad del cáncer”. Ellas quitaban y cambiaban las espinas que eran los piquetes de las agujas de la quimioterapia. Las convertían en dulces sonrisas soportando todo y al hacerlo sembraban valor y confianza en el hospital a más niños como ella.
Y la fortaleza de esa madre alentaba a otras y era ejemplo de fe y confianza y que todo estaría bien “Sembrar no es fácil” cuidar la semilla es lo difícil más nunca imposible.
Nuca dejes de pasar ni un día de tu vida sin sembrar. “Hay muchas personas a tu lado que necesita del alimento de tu alma”.
El próximo veinticuatro de Octubre, los Planes de Alonso viajaremos a Playa del Carmen Quintana Roo, con un grupo de seis niños curando de cáncer y sus madres. ¿Y adivina quién va? Va también Yadira esa madre de Diana. ¿Y sabes a qué va? A apoyarme en el viaje, a sembrar amor y luz y fortaleza a niños enfermos como su hija Diana y les dirá así como yo que también mi hijo Alonso esta en el cielo. “Continúen, vivan día a día, momento a momento”. ¡NO TEMAN ESE SEMBRADOR DIOS LOS CUIDARÁ Y PROTEJERÁ CUANDO LAS TORMENTAS QUIERAN LASTIMARLOS!
Estimado lector:
“Te invito a sembrar dejar tu semilla en el mundo comparte amor y la luz de tu vida. Los Planes de Alonso y yo también la necesitamos”. Compártenos un poco de ti.
Dios por delante.
Roció Martínez Preciado.
Presidenta
Los Planes de Alonso.
Cel. 4626058359
Correo: rociomartinezpreciado@hotmail.com